viernes, 18 de abril de 2014

Se nos fue Gabo y nos quedan sus obras y su genialidad...

Melquíades quien llegaba cada marzo a Macondo con los inventos del mundo, junto con su gente y las carpas y quien escribió sus visiones y profecías en sánscrito de los cien años de todas las generaciones de la familia fundada por José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán.

No hay una obra que describa con mayor clarividencia el Macondo realista y mágico que es Colombia y nuestra Latinoamérica como Cien años de Soledad.

Cien años de soledad escrita en los años 60, su agudeza, descripción y visión del ser y actuar macondiano es tan precisa que este año 2014 en el que se nos fue Gabo, sigue siendo Cien años de soledad: lúcida y actual.

La peste del insomnio, la falta de memoria, la guerra y la paz, todas las generaciones de los Buendía Iguarán incapaces de amar, los diecisiete hijos marcados del Coronel Aureliano Buendía, los amores intensos, los amores frustrados y los amores prohibidos que dieron origen al fin de la estirpe con un niño con cola de cerdo que se lo comen las hormigas, Remedios la Bella, la lluvia de flores amarillas cuando falleció José Arcadio Buendía, las mariposas amarillas que seguían a Mauricio Babilonia y todas las fantásticas referencias de la esencia latina, colombiana y macondiana que fue plasmada con maestría y genialidad por nuestro premio Nobel.

Gabriel García Márquez vivió una gran parte de su vida en México y falleció en México, muchos escritores de Latinoamérica, se establecen en México porque están presentes y honradas nuestras dos raíces: la América India y la América Española, con esa rica vida cultural y ese enorme sentido de pertenencia del cual ojalá pronto aprendamos aquí en Macondo, que nuestro Centro Histórico se recupere, que el Barrio Belén y Egipto se intervengan para mantenerlos y conservarlos, que las casas de la carrera Séptima no se pierdan en fachadas de cafés modernos, en fin que realmente se apoye la cultura y sus expresiones culturales y étnicas y que no se sigan fugando los cerebros que pueden hacer que este Macondo mejore y prospere sin perder la esencia que lo hace tan mágico y cautivador.

Rosas amarillas y luz eterna por siempre para el espíritu genial de Gabriel García Márquez...

Fotografías de dos collage realizado por niños y niñas de la IED SAN ISIDRO SUR ORIENTAL

Fotografías: Patricia Romero Sánchez
Archivo: CREARC